Con el fin de prevenir enfermedades
infecciosas, un abanico de vacunas se abre ante los ojos de los padres. La
clave es respetar el calendario
obligatorio y consultar con el pediatra si hace falta
sumar alguna otra vacuna. Aquí, las dosis y los refuerzos del primer al segundo
año del bebé.
Las vacunas ayudan al organismo del bebé a prepararse
para luchar contra algunas enfermedades. ¿Cómo lo hacen? Administradas
por inyección o por vía oral, la vacuna contiene un germen de enfermedad
atenuado o muerto. Luego, el organismo elabora anticuerpos para combatirlos, de
manera tal que cuando los gérmenes invaden el cuerpo del niño, son destruidos
por esos mismos anticuerpos y el niño no se enferma. Los anticuerpos combaten
las enfermedades infecciosas y habitualmente permanecen en el cuerpo, aún
después de que la enfermedad pasa, para evitar que el niño no se enferme de
nuevo. A esto se le llama inmunidad.
Los recién nacidos son inmunes a muchas enfermedades
porque tienen anticuerpos que les pasaron sus madres. Pero esta inmunidad no
dura mucho, desaparece en el primer año de vida.
Afortunadamente, a través de las vacunas, hoy la
medicina da al sistema inmune del bebé la oportunidad de practicar y elaborar
anticuerpos protectores antes de que los gérmenes “de verdad” lo invadan.
Pero las vacunas sólo son efectivas si se las aplica
oportuna y correctamente. Cada país, a través del ministerio de salud, tiene su
propio calendario oficial de vacunación que indica dosis y refuerzos
obligatorios. Es importante tener presente esta información, pero también
contar con la opinión del pediatra de cabecera quien evalúa factores
individuales y familiares del niño.
Las vacunas del año y del año y medio
Con el festejo del primer cumpleaños, el calendario
indica que es tiempo de aplicar, por vía subcutánea o intramuscular, la primera
dosis de la triple viral, vacuna que previene enfermedades tales como el
sarampión, la rubéola y la parotiditis. La dosis de refuerzo quedará recién
para el inicio escolar del niño, a los seis años.
A los 18 meses llega la hora de los primeros refuerzos
de algunas vacunas que se aplicaron durante los primeros meses de vida del
bebé: la antipoliomielítica oral trivalente (conocida como SABIN), que da
inmunidad contra la poliomielitis o parálisis infantil; la cuádruple, que se
compone de la triple bacteriana más la antihaemophilus influenzae b, y previene
contra la difteria, tétanos, coque luche (tos convulsa), haemophilus influenza
tipo B (meningitis); y la Anti Hib, contra el Haemophilus tipo B.
¿Vacunar contra la gripe?
Habitualmente entre mayo y agosto hay un aumento de las
infecciones respiratorias, que se pueden prevenir con medidas generales como
airear los ambientes y evitar el contacto con personas infectadas, pero muchas
veces esto no alcanza.
Para hacerle frente a la gripe está actualmente
disponible en la Argentina la vacuna antigripal (contra el virus de Influenza)
que se puede aplicar a partir de los 6 meses de edad y previene de
complicaciones mayores. Su aplicación no es obligatoria, por eso siempre se debe
consultar con el pediatra si conviene o no aplicarla. El Comité de Infectología
de la Sociedad Argentina de Pediatría afirma: “Nosotros, como pediatras,
debemos evaluar en forma individual las características del niño y su entorno
familiar”. Seguir el calendario oficial de vacunación, pero también los
requerimientos particulares de cada niño son las claves para garantizar una
infancia saludable. En el caso de la antigripal, habrá que considerar los
llamados “grupos de riesgo”, que en el caso de los niños sólo incluye a quienes
tienen cierto tipo de enfermedades crónicas (y su entorno directo).
Compartimos el Calendario de vacunación 2014:
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