lunes, 7 de abril de 2014

Cómo preparar la comida de tu bebé?

Preparar tú misma la comida de tu bebé, es fácil, eficaz y económico. En vez de gastar dinero en comida para bebé envasada, puedes usar frutas y verduras frescas, granos y carne que tengas a la mano. Tal vez lo mejor de todo sea que sabrás exactamente qué le estás dando de comer a tu bebé. 


Como beneficio adicional, al preparar sus alimentos tú misma, haces que tu bebé se acostumbre a comer igual que el resto de la familia, una práctica que podría valer la pena cuando tenga 2 ó 3 años, edad en la que por lo general los niños son más quisquillosos en cuanto a la comida


Cómo elegir el equipo adecuado

Necesitarás algo para moler o hacer puré la comida. Una licuadora o un procesador de alimentos funcionará, pero un molinillo que se opera manualmente con distintas aspas para obtener diferentes texturas en los alimentos es muy práctico, y lo más conveniente para preparar comidas fuera de casa. 

Un pasapurés o "chino" con diferentes cuchillas para varias texturas de comida. Muchos padres dicen que este aparato portátil, no eléctrico, es su herramienta favorita. (Busca en el Internet “molinillos para comida” o en inglés, “food mill”). 

Un procesador de comida para bebé todo en uno, un aparato que primero cocina al vapor y luego hace puré de frutas, vegetales y carne para tu bebé. Algunos modelos también descongelan y recalientan la comida previamente preparada. (Busca en Internet “procesadores de comida de bebé” o en inglés “baby food maker”). 

Un molinillo o molino de comida de bebé, es una manera simple y barata de hacer pedacitos la comida de tu bebé. Este aparato no es eléctrico pero sí portátil. Ten en cuenta además que no to ofrece una selección de texturas. Lee las críticas en el Internet antes de ordenarlo. Los molinillos no siempre trabajan tan bien como prometen, pero a algunos padres les encantan. (Busca “molinillos para comida de bebé” o en inglés “baby food grinder”). 

Una batidora de mano, un aparato eléctrico útil para hacer puré la comida como una licuadora puede servirte, aunque trabaja en forma opuesta: la batidora la pones en la comida en lugar de a la inversa. (Busca “batidoras de mano” o en inglés “hand blender”). 

Una licuadora regular de cocina o un procesador de comida. Probablemente ya tienes al menos uno en casa. Una licuadora o un procesador de comida puede funcionar bien para ti, pero puede que no lo encuentres ideal para preparar pequeñas porciones. 

Un buen y anticuado tenedor. Esta simple pieza que se encuentra en todas las cocinas funciona muy bien para hacer puré o moler alimentos como camotes (boniatos o batatas), aguacates y plátanos. 

Varios Baberos lindos, divertidos y fáciles para lavar y reemplazar!




Otras herramientas útiles
Contenedores para almacenar y charolas para cubitos de hielo (o charolas similares hechas para comida de bebé) para refrigerar y congelar porciones extras. 

Infórmate de cuándo puedes introducir papillas a la dieta de tu bebé. 
Compra las mejores frutas y verduras
Elige las frutas y verduras más frescas (muchos padres de familia optan por los alimentos orgánicos cuando es posible) y trata de usar lo que compras en uno o dos días. Cuando no hay frutas o verduras frescas disponibles, comprar las congeladas es una buena opción. 

Buenas frutas para empezar incluyen las manzanas, chabacanos (albaricoques), plátanos, arándanos, mangos, duraznos (melocotones), peras, ciruelas y ciruelas pasas. Las verduras que es bueno probar incluyen puntas de espárragos, aguacates, zanahorias, chícharos (arvejas o guisantes), papas, pimientos, camotes y calabazas (zapallos). Pero no te limites a éstos. Para más ideas, te recomendamos consultar nuestra sección de recetas para bebé. 

Para algunos bebés el maíz es difícil de digerir, y algunos incluso son alérgicos. Otros tienen dificultades con los gases después de comer brócoli o coliflor, así que tal vez prefieras posponer la introducción de estas verduras en la dieta de tu bebé. 
Minimiza la exposición a nitratos
Los nitratos son una sustancia química que se encuentra en el agua y en la tierra, y hay que tener eso en cuenta al alimentar a tu pequeño. Los bebés que ingieren un nivel demasiado alto de nitratos pueden desarrollar un tipo de anemia llamado metemoglobinemia. 

Preparar fórmula con agua de pozo que tiene un alto contenido de nitratos es la causa más común de esa enfermedad, pero algunas verduras también pueden contener nitratos. Las fuentes más probables son los betabeles, las zanahorias, los ejotes (habichuelas o judías verdes), las espinacas y la calabaza. 

Para estar seguros, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) aconseja a los padres de familia que no les den a sus bebés estas verduras antes de los 3 meses de edad. (De hecho, la AAP recomienda no dar a los bebés ningún alimento sólido hasta que tengan de 4 a 6 meses). 

Puedes hacer algunas cosas para asegurarte de que tu bebé no esté expuesto a altos niveles de nitratos: 

  • Si tienes agua de pozo, puedes pedir que te hagan una prueba para analizar los niveles de nitratos. Debe contener menos de 10 partes por millón de nitratos.
  • Los nitratos aumentan con el tiempo de almacenamiento, a menos que se congelen. Cuando uses verduras frescas para hacer la comida de tu bebé en casa, prepáralas lo antes posible después de comprar las verduras y congela de inmediato lo que sobre.
  • También podrías considerar usar verduras congeladas en vez de frescas para los alimentos más altos en nitratos.

Las compañías que hacen comida para bebés prueban sus productos para ver si contienen nitratos. Los alimentos para bebé que se compran en la tienda, incluso los que contienen betabeles, zanahorias, ejotes, espinacas o calabazas, deben estar libres de estas sustancias químicas. 
Cómo preparar la comida de tu bebé
Primero lávate las manos y lava las frutas y verduras, así como todos los recipientes y utensilios que vas a utilizar. 

Todas las verduras (y las frutas como las manzanas y ciruelas pasas, que necesitan suavizarse) deben cocerse antes de molerlas o hacerlas puré. Para conservar las vitaminas y los minerales, hornea, hierve o cocina al vapor las frutas o verduras hasta que estén blandas. Si las hierves, usa tan poca agua como sea posible y agrega un poco de ese líquido a la comida de tu bebé al machacarla (o añade las frutas o verduras al caldo de la sopa de tu familia). 

Pela y quítale las semillas a las frutas o verduras si es necesario. A algunas de éstas no necesitarás agregarles nada de líquido al prepararlas. Simplemente las puedes moler, añadir uno o dos condimentos y servirlas. Otras necesitarán un poco de líquido, tal vez quieras añadirles una cantidad pequeña de leche materna, leche de fórmula o agua, al molerlas o hacerlas puré para lograr la consistencia que deseas. 

Al irse adaptando tu pequeño a los alimentos sólidos, podrás añadir menos líquido. Si la fruta tiene semillas, cuélala antes de dársela a tu bebé. 

Los granos, como la quinua, el arroz o el mijo, también pueden molerse en un molinillo para alimentos. Cocínalos antes según las instrucciones del paquete. Para los bebés más grandes, los granos integrales son alimentos fabulosos porque los pueden agarrar con los dedos. 

Para preparar pollo y carne, quítales la piel y la grasa antes de cocinarlos. Luego muele la carne cocida en una licuadora o en un molinillo con un poco de líquido. Para bebés mayores puedes cortar trocitos muy pequeños. 

Si todo esto se te hace mucho trabajo, recuerda que "la comida de bebé hecha en casa" puede ser la misma con la que alimentas al resto de la familia. Es una vieja costumbre que vale la pena revivirla. Sólo usa el molino u otro aparato para hacer puré, licuar o moler algo de la misma comida que tu familia tiene para la cena. 

Por ejemplo, las sopas y guisos pueden ser preparadas para alimentar a tu bebé. Lo mismo sucede con las comidas más saludables que tu familia consuma. Guarda en los envases vacíos de comida para bebé, lo que te queda extra. ¡Así tendrás su comidita lista para el día siguiente! 


Cómo servirle la comida a tu bebé
  • Sírvela a una temperatura no más alta que la temperatura del cuerpo.
  • Evita calentar los alimentos en el microondas. Éstos no calientan la comida de manera uniforme y pueden crear zonas calientes, secciones de comida que están mucho más calientes que otras. Así que antes de servirle a tu pequeño la comida que calentaste en el microondas, asegúrate de mezclarla muy bien y dejarla reposar unos minutos.
  • Sírvele sólo la cantidad de comida que crees que se va a comer en ese momento. Tendrás que tirar lo que sobre, porque la saliva de tu bebé adelgazará la mezcla y facilitará el crecimiento de bacterias en los alimentos.
  • No endulces la comida de tu bebé. Los bebés no necesitan azúcar adicional. Y nunca uses miel de abeja ni miel de maíz, que pueden causar botulismo (una forma de envenenamiento alimentario potencialmente fatal) en los bebés.
  • Usa condimentos. A pesar de la tradición de alimentar a los bebés con comida desabrida, ellos pueden tolerar y disfrutar diferentes sabores. Descubre cuando es seguro darle a tu bebé alimentos picantes o con especias.
  • Refrigera las sobras en un recipiente herméticamente cerrado y úsalas dentro de un día o dos. También puedes congelar lo que sobre en charolas para cubitos de hielo. Una vez que los cubos estén bien congelados, sácalos de la charola y mételos en bolsitas de plástico especiales para el congelador. Las frutas y verduras congeladas de esta manera durarán de seis a ocho meses. La carne, incluidos el pollo y el pescado, durará de uno a dos meses.

martes, 1 de abril de 2014

Para las futuras mamás: Lo que hay que saber de estimulación prenatal!

Nunca es muy temprano para estimular a tu bebé, y esto incluye el embarazo. No se trata de que le enseñes el abecedario, pero sí que reconozcas su presencia e interactúes con él para fomentar su actividad cerebral y receptores sensoriales.
Los cinco sentidos de los bebés y sus respectivos órganos se forman a lo largo del embarazo. Y desde el momento en que se desarrollan, puede utilizarlos para comunicarte con tu pequeño.
El sentido del oído es el que más oportunidad te da para estimular a tu bebé durante el embarazo, en especial a partir de los cinco meses de embarazo, cuando ya tiene la capacidad de escuchar.
Tu voz y la del papá son los sonidos favoritos del bebé, ¡y también los más importantes! Hablarle o cantarle a tu bebé te permite establecer una relación desde antes de su nacimiento. Si tú o tu pareja se sienten incómodos hablándole a la panza, intenta leer un libro o cantar una canción.
Libros infantiles te brindan además la oportunidad de transmitir tu cultura al bebé desde el vientre, y empezar el proceso de aprendizaje del idioma.
Cuando hables con tu bebé asegúrate de que la conversación y tu voz estén dirigidas hacia la panza. Tu pequeño está rodeado de líquido amniótico, por lo que percibe los sonidos distorsionados (imagínate que estás en una piscina, algo así es lo que escucha tu bebé). Recuerda que las hondas de los sonidos graves viajan mejor a través del líquido, por lo que estos te brindan una mejor posibilidad de ser escuchada.
Puedes valerte también de otras formas para estimular el oído de tu pequeño, como la música clásica o sistemas de aprendizaje como el BabyPlus, un programa de estimulación sonora diseñada específicamente para estimular al bebé a partir de las 18 semanas de embarazo.
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