martes, 25 de marzo de 2014

Feliz día a todas las pancitas!



Día del Niño por Nacer

¿Cuándo se celebra?
El Día del Niño por Nacer se celebra todos los años el 25 de marzo. Se trata de un día en el que se conmemora y recuerda los nueves meses de vida antes de dar a luz dentro de la madre y esa vida tiene los derechos que cualquier ser vivo tiene.
Origen
La fecha de 25 de marzo fue elegida para ser celebrado del Día del Niño por Nacer ya que en la comunidad católica entre el 25 de marzo y el 25 de diciembre ocurren los nueves meses para el nacimiento del Niño Jesús y tiene lugar la Anunciación a la Virgen María.
Objetivo
El principal objetivo del Día del Niño por Nacer se encuentra en la protección de los niños de todo el mundo que todavía no han nacido. Se pretende promover una cultura de vida y de salud para todas las personas del mundo además de intentar reducir los índices de mortalidad infantil y materna.
Celebración
Hoy en día existen muchos países que se han unido y se siguen uniendo en la iniciativa y celebración de este día:
  • El Salvador: primer país en el que se decretó esta celebración en el año 1993, bajo en nombre de "Día del Derecho a Nacer".
  • Argentina: el 7 de diciembre de 1998, Argentina declaró la celebración del "Día del Niño por Nacer" el 25 de marzo, cuya primera celebración fue el 25 de marzo de 1999.
  • Chile: se unió a esta iniciativa el 18 de febrero de 1999.
  • Guatemala: se adhirió el 29 de mayo de 1999.
  • Costa Rica: se unió en el año 1999 a esta celebración.
  • Nicaragua: en el año 2000 comenzó a celebrar este día.
  • República Dominicana: en el año 2001 se unió a esta iniciativa.
  • Perú: se sumó a esta iniciativa en el año 2002.
  • México: se celebra el "Día de la Vida concebida en el seno materno".
  • Brasil: se celebra el "Día del Niño No Nacido" o "Día del Niño que ha de Nacer".
  • Austria: se celebra el "Día del Niño No Nacido".
  • Eslovaquia: se conmemora el "Día del Niño Concebido".
Además de celebrarse en diversos países como en España, Ecuador, Uruguay, Paraguay, etc.

Les dejamos algunos pensamientos:

  • "Vivir es nacer a cada instante". (Erich Fromm)
  • "En cada niño nace la humanidad". (Jacinto Benavente)
  • "No hay verdad que no haya sido perseguida al nacer". (Voltaire)
  • "El niño reconoce a la madre por la sonrisa". (León Tolstoi)
  • "La primera felicidad de un niño es saber que es amado". (Don Bosco)
  • "Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir". (Federico García Lorca)
  • "Cada niño que viene al mundo nos dice: Dios aún espera del hombre". (Rabindranath Tagore)

martes, 18 de marzo de 2014

Como estimulamos a nuestro bebé? Juegos, baños... todo para sus primeros 12 meses.

Jugar con tu bebé es una forma estupenda de conectar con tu bebé, y de fomentar su desarrollo y su autoestima. Al jugar con él, le prestas atención, tiempo, lo miras, le hablas. ¡Eso hace feliz a tu bebé y lo ayuda a aprender! 

Si bien no hay que esperar mucha interacción con un recién nacido, hay muchas cosas divertidas que pueden hacer juntos. Desde el primer día, tu bebé está interesado en lo que sucede a su alrededor. Dentro de su cabecita, hacen conexiones y la información está siendo procesada y clasificada. 

A medida que tu bebé crece, el juego es crucial para su desarrollo social y emocional, físico y cognitivo y del lenguaje. El juego también hace que el tiempo que pasan juntos sea mucho más placentero. Recuerda: ¡Un bebé que ríe, no está llorando! 

Algunas notas para el "animador" novato del bebé: la repetición es importante. Muchos juegos no funcionarán la primera vez que los hagas, pero a la larga, si continúas esforzándote, tu pequeño comenzará a soltar una carcajada cuando escojas un juguete en particular.

El tiempo en que tu bebé prestará atención variará mucho dependiendo de su edad, su temperamento y su estado de ánimo. A veces podrá disfrutar de un juego por unos 20 minutos, pero lo más común es que necesites cambiar el juego más o menos cada cinco minutos. 

Sabrás que tu bebé está disfrutando cuando te mire, te sonría o suelte una carcajada. Pero si te esquiva, mira para otro lado o llora, es momento de que cambies de juego o lo dejes descansar. 

Algunos bebés se abruman con facilidad. Si el tuyo comienza a llorar durante el tiempo de juego, no te desesperes. Cambia a una actividad más tranquila, por ejemplo, hazle mimos, enséñale libros con imágenes, cántale canciones suaves o dale el pecho. 


Del nacimiento a los 3 meses
Tu bebé estará acostado la mayor parte del tiempo en su cuna, excepto cuando esté llorando. Entonces, ¿cómo puedes relacionarte con él y pasarlo bien?

La mejor manera de divertirlo es captar sus sentidos: el tacto, la vista (recuerda que tu bebé es aún muy corto de vista), el olfato y el oído (por ahora dejemos a un lado el gusto). Al final de sus primeros tres meses, podrá extender los brazos y tratar de agarrar objetos y quedará fascinado por los sonidos, los olores y las formas.

Nota: Puede que tu recién nacido tarde varios segundos en responderte o tal vez no llegue a reaccionar demasiado. Ten paciencia: quizás necesites seguir intentándolo o esperar un rato hasta que esté listo para atender y responder.

Hora de bailar
Por las tardes, cuando mi bebé se ponía de mal humor, nada funcionaba tan bien como bailar con él. Le ponía música de todo tipoy lo colocaba en una cangurera, rebozo, o lo cargaba en mis brazos.

Al principio prefería los movimientos suaves. Luego le empezó a gustar que lo balanceara en el aire de lado a lado o que lo moviera de arriba a abajo. (Siempre debes asegurarte de sostener bien su cuello y no sacudir a tu pequeño).

Los movimientos triviales y exagerados, como el de llevar el ritmo con las manos o mover tu trasero, le resultan particularmente graciosos a los bebés.

Un vistazo a las cosas de la casa
Las primeras etapas de juego con tu bebé consistirán principalmente en mostrarle cosas. Cualquier objeto de la casa que no ponga a tu bebé en peligro de intoxicación, electrocución o que pueda lastimarlo de otra forma, es un buen juego. Los bebés adoran las cucharas, los batidores manuales de alambre, las espátulas, los libros y las revistas con fotos, los envases de champús o acondicionadores (¡no dejes solo a tu bebé con estas cosas!), los discos compactos, las telas y ropas de colores, las frutas y verduras, y muchas cosas más.

Tráete una pequeña colección de objetos y siéntate junto a tu bebé. Cuando sea el momento apropiado, saca alguna de esas cosas como si hicieses magia. "Mira, el champú de papá". Mientras sostienes el objeto cerca de su cara, ponte tú a mirarlo. Bien, ahora que la miras, esa botella parece de lo más interesante. ¡Felicidades! ¡Estás pensando como un bebé!

Y no esperes que el bebé realmente "entienda" los libros a esta edad. Pero sabrás que los disfruta por su manera de quedarse quieto y atento cuando sacas un libro favorito.

Sin embargo por lo general no prestará atención a la totalidad del cuento, y cuando ya tenga algunos meses te sacará los libros de las manos y los cerrará. Son cosas del desarrollo. Tu bebé adora mirar libros y acurrucarse junto a ti, pero por lo general no está interesado en la historia.

Viaje al armario de mamá
Ya que acumulaste ropa linda y suave, sumérgete en el armario y muéstrale a tu bebé tu suéter de lana, tus jeans favoritos de suave algodón, tu brillante falda roja. Despliega sobre su cara, manos y pies, las telas suaves o sedosas. Extiende sobre el piso algunas de tus prendas y coloca a tu hijo encima de ellas.

En unos pocos meses, tu pequeño querrá poner sus manos sobre cualquier prenda bordada, adornada, o que por cualquier otra razón, llame su atención. Pero por ahora, seguramente se conforme sólo con contemplarlas maravillado.

¡Uy! ¿Qué hay sobre mi cabeza?
Ata o pega con cinta adhesiva en una cuchara de madera algunos recortes de tela, listones u otro tipo de cintas que llamen la atención y muévelos delicadamente por encima y por delante de la cara de tu bebé.

Toma una bufanda liviana y arrójala al aire, de manera que caiga suavemente sobre su cabeza.

Ata un juguete a un hilo elástico (del tipo de los que se usan para los juegos de gatos) y haz que rebote hacia arriba y hacia debajo delante de su cara, diciendo "¡Boing! ¡Boing!" cada vez que vaya para abajo.

Recuerda, nunca dejes solo a tu bebé con cordones o cintas que puedan enroscarse en su cuello o que tu pequeño pueda llevarse a la boca.

La diva que llevas dentro de ti
Ahora es el momento de cantar a todo volumen, así que deja que salga esa diva de ópera que hay dentro de ti.

Seguramente a tu hijo le guste absolutamente todo lo que cantes, pero hay algunos clásicos que deberías conocer. A la mayoría de los niños les gustan las canciones que tengan movimientos: "Pinpón", "Cinco lobitos", y "Palmas, palmitas" son sólo algunas. Aquí puedes escuchar algunas canciones para niños. Las canciones infantiles tienen su importancia, es una gran forma que tiene tu bebé de aprender. 

Trata de cantar una canción en un tono bajo y suave de voz y luego en un tono alto y agudo, para ver cuál consigue la mejor reacción. Trata de cantar la canción susurrándole al oído, o usa un títere de mano (o una servilleta o una media dispuestas a cumplir el rol de un títere de mano). Y acostúmbrate a cantar, ya que esto podría empezar a ocupar una parte importante de tu día.

De los 4 a los 6 meses
A esta edad, tu bebé se volverá mucho más activo, y aprenderá a darse la vuelta cuando está echado en el suelo e incluso a sentarse. Podrá sostener, manipular y llevarse objetos a la boca, y se pasará una buena parte de sus ocupados días haciendo esas cosas (lo cual significa que requerirá de una vigilancia extra de tu parte).

Los juegos pueden ahora involucrar más actividad física. Tu bebé disfrutará que lo subas en tus rodillas y le cantes "Arre, borriquito" o los juegos de cosquillas. También tendrá mayor capacidad de respuesta, haciendo ruidos y buscando tus ojos.

Huele el estante de las especias
Estás en la cocina, tratando de improvisar algún tipo de cena, cuando tu bebé empieza a llorar. Enséñale el estante de las especias e introdúcelo en la fragancia embriagadora de la canela. Frota un poco sobre su mano y acércala a su nariz. (No dejes que toque sus ojos o le entre en la boca.)

Si le gusta, prueba también con otras especias: vainilla, menta, comino, clavo de olor, nuez moscada, y muchas otras hierbas y especias con fragancias fascinantes que a tu bebé le podrían encantar. Hay otros artículos del hogar que son también perfumados: la loción de afeitar de papá, la crema de manos de mamá. Hazle descubrir el riquísimo aroma de todas estas cosas; una única recomendación: ¡ten mucho cuidado de que no se las coma!

Burbujas y más burbujas
Hay algo mágico en las burbujas, y en esta etapa tu bebé puede ver mucho más lejos, de modo que podrá centrar su atención en ellas. Hazle burbujas cuando se ponga fastidioso al esperar el bus y observa cómo se le secan las lágrimas. Hazle también burbujas en el parque para atraer a los niños más grandes que empezarán a saltar alrededor y mientras tanto entretendrán a tu bebé. Haz burbujas en la tina, en la entrada de la casa... Las burbujas son increíblemente baratas, se transportan con mucha facilidad, y los bebés las encuentran siempre fascinantes.

¡Te voy a pillar!
Tu bebé es lo bastante grande como para tener ahora un sentido de expectativa. Y ningún bebé puede resistirse cuando viene la mamá y lo amenaza en tono de juego con darle abrazos, besos o cosquillas. Esto es lo que podrías decirle: "¡Hola, Andrea! ¡Veo que estás sentada! Bueno, como te tengo cerca de mis labios, ¡voy a ir a darte un beso! ¡Bebé, te voy a robar un beso! ¡Estoy llegando! ¡Estoy llegando! ¡Te pillé!". Y luego, empieza a besuquear a tu bebé.

Cuando tu bebé crezca, puedes cambiar este juego por una persecución alrededor de la casa: funciona de maravillas cuando necesitas salir y estás apurada.

Este cerdito
Tócale a tu bebé los dedos del pie de a uno, empezando por el más chico. Dile, "Este cerdito fue al mercado, éste compró la carne, éste la llevó a casa, éste la cocinó, ¡y el más chiquito se la comió!".

Cuando digas la última frase, simula que le comes la pancita. Este juego es útil cuando necesitas ponerle las medias o los zapatos o distraerlo al cambiarle el pañal. También puedes hacer este juego en la tina con una botella que largue un chorrito de agua directo a los pies.

Tiempo de pancita
Puede que tu médico insista en que coloques a tu bebé sobre su pancita, a pesar de que tu hijo proteste a gritos.

Ponte en el piso con tu bebé. Míralo a los ojos mientras te recuestas sobre tu propia panza. Ahora recuesta a tu bebé sobre una toalla y úsala con delicadeza para voltearlo de lado a lado. Dile "¡Uy!, ¡Uy!" cuando le des la vuelta. Mira aquí otras ideas para que disfrute estar un rato de pancita y fortalezca su cuello.

¡A volar, bebé!
Ahora que tu pequeño puede mantener su cabecita erguida, es el momento de hacerlo volar. Puedes jugar a que es un cohete espacial, haciéndolo volar sobre ti e imitando ruidos reales de cohetes (los papás son muy buenos para esto). También puedes simular que está en un elevador, que sube piso por piso antes de descender abruptamente al suelo. O simular que está haciendo un reporte del tráfico desde un helicóptero.

De los 7 a los 9 meses
Tu bebé se está volviendo un experto en sentarse y seguramente pronto esté también gateando. Alienta este tipo de hazañas físicas festejando cada nuevo logro: "José, ¡te sentaste! ¡Pero qué maravilla, chiquitín!". Es un gran estímulo para el pequeño.

La habilidad de transferir objetos de una mano a la otra y de agarrarlos con los dedos son parte del desarrollo de la capacidad de controlar las manos. Por eso es buena idea llevar siempre contigo una bolsita de plástico con un cereal que tenga la forma de la letra O para que pueda practicar su recién adquirida habilidad.

Tu bebé también comienza a entender que cuando un objeto desaparece, no ha desaparecido del mundo. De este descubrimiento surgen juegos que los bebés adoran como el de "¿Dónde está?, ¡Acá está!".

Tócalo, tómalo y hazlo sonar
Si tu bebé tiene un objeto, lo golpeará contra la mesa. Si tiene dos objetos, los golpeará uno con otro, los llevará hacia la luz, los examinará atentamente, los golpeará a cada uno por separado contra la mesa, golpeará la mesa con los dos objetos al mismo tiempo, observará si el objeto suena diferente cuando lo golpea con la mano izquierda en lugar de la derecha, y seguirá explorándolos de mil maneras.

Ayúdalo dándole objetos que hagan sonidos interesantes como recipientes vacíos, cucharas de metal o campanas.

Presta también atención a las sensaciones táctiles: tu bebé quedará fascinado con una tarjeta de felicitación que tenga diamantina (brillito), con la resbalosa superficie del joyero esmaltado de mamá, o con un puñado de espaguetis hervidos.

Puedo controlar el mundo
A los bebés les encanta a esta edad explorar causa y efecto: si hago esto, aparece la luz; si hago eso, la luz se va. A tu pequeño le encantará que le muestres cómo se prenden y apagan las luces, cómo funciona el control remoto, los teléfonos celulares, etc., pero tu vida puede complicarse cuando insista en que lo levantes para prender y apagar las luces una y otra vez.

En cambio, te será más fácil si le ofreces un teléfono o control remoto de juguete para satisfacer sus ganas de ejercer control sobre las cosas, o también una caja de sorpresas con muñecos de resorte. O, para dejarlo que ejerza control sobre su entorno, llena un armario o un cajón que esté a una altura baja con objetos seguros, y permítele que lo revuelva y busque las cosas que quiera. Fíjate bien que no haya ningún borde filoso u otros peligros (las cómodas con cajones abiertos se pueden voltear) y luego deja que tu pequeño haga y deshaga como quiera.

Carrera de obstáculos
Si tu bebé gatea, va de un lado para otro o camina, puede disfrutar moviéndose para esquivar objetos. (Esto también es bueno para el desarrollo de su motricidad.) Las almohadas, las guías de teléfonos, papás cansados y la ropa para lavar constituyen buenos obstáculos.

Infinidad de variaciones en el juego de "¿Dónde está?, ¡Acá está!"
El clásico es taparte la cara con las manos y destapártela de repente diciendo: "¿Dónde está mamá? ¡Acá está!", y así una y otra vez. Puedes modificar este juego de mil maneras. Escóndete detrás de la puerta y haz que tu bebé la abra y te vea. Ocúltate detrás de una silla y asómate primero por arriba y después por los costados. Escóndete en un rincón con otra persona y túrnense para salir y decir "¡Acá está!".

Esconde varios sombreros detrás del sofá y ponte un sombrero diferente cada vez que te asomes. Un juego infalible para desatar la risa de tu bebé es ponerte un sombrero en la cabeza, ocultando tus ojos, y dejar que tu bebé te lo quite, diciendo "¡Oh!" con cara de sorprendida, cada vez que lo haga. (Este juego también garantizará que nunca más puedas usar un sombrero en paz.)

Juego de rodar
A los bebés les fascinan las pelotas y los movimientos que éstas hacen. Lograrás que suelte una risotada si haces malabares con pelotas o las lanzas hacia arriba y dejas que golpeen el suelo mientras haces un efecto sonoro un poco ridículo como: "¡Puffff!". Haz rodar una pelota blanda en dirección a tu bebé y observa cómo la agarra y la aprieta. En algún momento, si lo estimulas, logrará devolverte la pelota haciéndola rodar como tú. Y más adelante, podrá patear y lanzar la pelota o embocarla en una palangana o cubeta grande. Por ahora, hazla rebotar y rodar.

De los 10 a los 12 meses
En lo que respecta a su desarrollo, tu bebé se ha trasformado de repente en prácticamente un niño. Los juegos que le permiten practicar la motricidad gruesa como por ejemplo pararse, levantarse y trepar son importantes para él en este momento. A tu bebé también le gustará ejercitar la motricidad fina, como por ejemplo, juguetear con la etiqueta de tu camisa o las páginas de un libro... y con tus pechos si todavía lo amamantas.

Ordenar y volver a ordenar
Tu bebé está tratando de entender las conexiones entre los objetos del mundo. Le encantará apilar y ordenar objetos, como también llenarlos y vaciarlos.

Dale una caja que sea fácil de abrir (por ejemplo, una caja de zapatos) y muéstrale cómo poner y sacar cosas de ella. En nuestra casa, este juego se convirtió rápidamente en "Sacar todas las cosas de la bolsa de mamá y desparramarlas por la sala", lo cual explica por qué ya no llevo monedas ni bolígrafos.

Otra forma de jugar este juego: con un conjunto de tazas (quizás incluso jarras medidoras apilables... ooh, ¡dos juguetes en uno!) muéstrale a tu bebé cómo verter agua, arena o harina de maíz de una jarra a la otra o a un recipiente más grande.

Moverse sin parar
Una vez que tu bebé logre estar de pie, puedes animarlo a desplazarse colocando uno de sus juguetes preferidos en la otra punta del sofá o en la mesa de centro. Trata de imitar a tu bebé poniendo uno de tus juguetes, por ejemplo, tu celular, a algunos pies de distancia y cruza hacia allí de rodillas. Seguramente esto le resulte divertido e intente imitarte.

Enséñale a arrastrar un objeto por la habitación. Los juguetes para arrastrar con un cordoncito y las cajas grandes vacías son de utilidad en este caso. No le des sillas plegables, que puedan cerrarse inesperadamente.

Intenta esto, hijo
A los bebés de esta edad les encanta imitar a los demás. Estimula este comportamiento haciendo un sonido ridículo y luego animando a tu bebé a que haga lo mismo. Tal vez te imite o puede que produzca su propio sonido, el cual puedes intentar imitar. O bien puedes producir un nuevo sonido otra vez. Crearás algo que suena como una canción. ¡Levántate y baila!

Bañarse es divertirse 




Tu bebé ya no se conforma con sentarse en la tina y que lo bañen. A los bebés más grandes les gusta pararse, salpicar, agarrar tu cabello, tocar la cortina del baño, entre muchas otras cosas. (Nota: Nunca dejes solo a un bebé en el baño, ni siquiera por un segundo.)

Fomenta la diversión llevando muchos juguetes. Muchas de las cosas que tienes en casa pueden servir para que tu bebé las llene con agua infinidad de veces, las vacíe, vierta agua desde una hacia otra y viceversa, y las haga flotar por la tina. Junta algunas tazas de plástico, envases de yogur, embudos y botellas de plástico blando y llévalas al baño junto con cualquiera de los juguetes de plástico de tu bebé.

Haz agujeros en la parte de arriba de una botella de plástico que tenga una tapita chata y conviértela en una regadera casera. Deja que tu bebé sienta la sensación del agua goteando sobre su cuerpo y enséñale cómo, al hacer presión con las manos sobre la tapa, deja de salir el agua. Usa el juguete casero para duchar a su patito de goma.

Cuando termines de bañarlo, escurre los juguetes en un colador de plástico o una bolsa de red adherida al costado de la tina. Ahora tu bebé está limpio. ¿No fue divertido? 


Fuente

lunes, 10 de marzo de 2014

Las Vacunas a partir del Año


Con el fin de prevenir enfermedades infecciosas, un abanico de vacunas se abre ante los ojos de los padres. La clave es respetar el calendario obligatorio y consultar con el pediatra si hace falta sumar alguna otra vacuna. Aquí, las dosis y los refuerzos del primer al segundo año del bebé.

Las vacunas ayudan al organismo del bebé a prepararse para luchar contra algunas enfermedades. ¿Cómo lo hacen? Administradas por  inyección o por vía oral, la vacuna contiene un germen de enfermedad atenuado o muerto. Luego, el organismo elabora anticuerpos para combatirlos, de manera tal que cuando los gérmenes invaden el cuerpo del niño, son destruidos por esos mismos anticuerpos y el niño no se enferma. Los anticuerpos combaten las enfermedades infecciosas y habitualmente permanecen en el cuerpo, aún después de que la enfermedad pasa, para evitar que el niño no se enferme de nuevo. A esto se le llama inmunidad. 
Los recién nacidos son inmunes a muchas enfermedades porque tienen anticuerpos que les pasaron sus madres. Pero esta inmunidad no dura mucho, desaparece en el primer año de vida.
Afortunadamente, a través de las vacunas, hoy la medicina da al sistema inmune del bebé la oportunidad de practicar y elaborar anticuerpos protectores antes de que los gérmenes “de verdad” lo invadan.
  
Pero las vacunas sólo son efectivas si se las aplica oportuna y correctamente. Cada país, a través del ministerio de salud, tiene su propio calendario oficial de vacunación que indica dosis y refuerzos obligatorios. Es importante tener presente esta información, pero también contar con la opinión del pediatra de cabecera quien evalúa factores individuales y familiares del niño.

Las vacunas del año y del año y medio

Con el festejo del primer cumpleaños, el calendario indica que es tiempo de aplicar, por vía subcutánea o intramuscular, la primera dosis de la triple viral, vacuna que previene enfermedades tales como el sarampión, la rubéola y la parotiditis. La dosis de refuerzo quedará recién para el inicio escolar del niño, a los seis años.
A los 18 meses llega la hora de los primeros refuerzos de algunas vacunas que se aplicaron durante los primeros meses de vida del bebé: la antipoliomielítica oral trivalente (conocida como SABIN), que da inmunidad contra la poliomielitis o parálisis infantil; la cuádruple, que se compone de la triple bacteriana más la antihaemophilus influenzae b, y previene contra la difteria, tétanos, coque luche (tos convulsa), haemophilus influenza tipo B (meningitis); y la Anti Hib, contra el Haemophilus tipo B.


¿Vacunar contra la gripe?

Habitualmente entre mayo y agosto hay un aumento de las infecciones respiratorias, que se pueden prevenir con medidas generales como airear los ambientes y evitar el contacto con personas infectadas, pero muchas veces esto no alcanza. 

Para hacerle frente a la gripe está actualmente disponible en la Argentina la vacuna antigripal (contra el virus de Influenza) que se puede aplicar a partir de los 6 meses de edad y previene de complicaciones mayores. Su aplicación no es obligatoria, por eso siempre se debe consultar con el pediatra si conviene o no aplicarla. El Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría afirma: “Nosotros, como pediatras, debemos evaluar en forma individual las características del niño y su entorno familiar”. Seguir el calendario oficial de vacunación, pero también los requerimientos particulares de cada niño son las claves para garantizar una infancia saludable.  En el caso de la antigripal, habrá que considerar los llamados “grupos de riesgo”, que en el caso de los niños sólo incluye a quienes tienen cierto tipo de enfermedades crónicas (y su entorno directo).


Compartimos el Calendario de vacunación 2014:

lunes, 3 de marzo de 2014

¿Cómo cuidar a mi bebé ante los cambios de temperatura?



















El verano es la estación del año que presenta los cambios de temperatura más bruscos: por las mañanas hace mucho calor, por las tardes vienen las lluvias y en ocasiones hace frío por las noches.

También se presenta humedad por lluvias ocasionales y se alcanzan altas temperaturas de hasta 40ºC.

Los cambios climáticos afectan a los bebés y los niños de diversas maneras: con alteraciones en el apetito, enfermedades respiratorias y de la piel, e incluso en su estado de ánimo (se sienten abatidos y de mal humor).


Se han incrementado los problemas respiratorios en niños y adultos, debido a los cambios bruscos de temperatura en días lluviosos y también por los climas artificiales (aire acondicionado y ventiladores).

Debemos tomar en cuenta los posibles riesgos que existen durante el verano para prevenirlos y procurar el bienestar de nuestros hijos.

Alimentación

Es común que los bebés y los niños coman un poco menos durante la temporada de calor, ya que el gasto de calorías se reduce (se requieren menos calorías para calentar el cuerpo).

El calor causa sudoración excesiva en los niños y aumenta el mecanismo causante de la sed, además de que se tiende a orinar menos para retener más agua en el cuerpo. Los riesgos de deshidratación son altos, por lo que debemos ofrecerle al bebé o al niño agua de forma frecuente, sin forzarlo.
Es preferible el agua natural o agua de sabor, que los jugos comerciales y refrescos que generan malos hábitos y problemas para la salud.


Normalmente, durante esta temporada aumentan los cuadros de diarrea por bacterias, ya que los alimentos suelen descomponerse más rápidamente en un clima cálido, por lo cual debemos evitar lo más posible el consumo de comida que haya estado mucho tiempo a la intemperie.
Exposición al sol

Las actividades en lugares abiertos deben de limitarse ante la posibilidad de lo que se conoce como insolación o golpe de calor, durante el cual  el niño no puede disipar el calor del cuerpo.
Esto lo que lo lleva a elevar su temperatura corporal, produciendo mareo, dolor de cabeza, náusea e incluso puede perder de la conciencia.


 Durante la temporada de calor se favorecen ciertos riesgos como las quemaduras por la actividad al aire libre, por lo que el uso de bloqueadores solares antes de la actividad está indicado.
Por otro lado, comer cítricos como el limón puede producir quemaduras o pigmentación (manchas de la piel), ya que filtra de forma anormal los rayos del sol, por lo que debemos cuidar el aseo de las manos.

Cuidados de la piel

Durante la temporada de verano, la piel del bebé suele estar seca y caliente. Por esta razón, se recomienda mantenerlo fresco para evitar el sarpullido por calor, el cual ocurre cuando se obstruyen los poros de las glándulas sudoríparas y se forman pequeñas protuberancias rojas que causan picazón.
De la misma forma, se aconseja vestirlo con ropa ligera y de algodón, el cual absorbe el exceso de humedad. Por el contrario, debe evitarse el uso de talcos y cremas para aliviar el sarpullido, pues sólo se logrará obstruir la piel del bebé. En estos casos lo mejor es acudir con el pediatra o con un dermatólogo.


La lluvia favorece la proliferación de mosquitos, por lo que es importante tomar las precauciones para evitar las molestas picaduras en la piel.
Climas artificiales

El uso mesurado de los climas artificiales, tales como aire acondicionado y ventilador, suele ser una medida adecuada para cuidar a nuestros hijos ante los cambios climáticos bruscos. La temperatura ideal de una habitación para el bebé es de 18ºC.

Si no se cuenta con aire acondicionado, se puede utilizar un ventilador para evaporar la humedad y refrescar al bebé. El ventilador se debe colocar lejos del bebé para que le brinde una brisa suave y no un aire agresivo.

Ni mucho frío ni mucho calor

Contrariamente a lo que se cree, no se debe cubrir o abrigar excesivamente a los bebés porque su cuerpo puede perder la capacidad de adaptación a los cambios de temperatura y resfriarse con mayor facilidad.

Es preferible vestirlo con varias prendas delgadas para cubrirlo y descubrirlo gradualmente de acuerdo a la temperatura.


Los bebés regulan el exceso de calor a través del sudor de la cabeza, así que evita taparlo con gorros, sobre todo en lugares interiores. Recuerda que es normal que los bebés tengan las manos y los pies fríos porque no se adaptan tan fácilmente como los adultos a los cambios de temperatura, pero esta es una capacidad que adquieren con el tiempo.