Jugar con tu bebé es
una forma estupenda de conectar con tu bebé, y de
fomentar su desarrollo y su autoestima. Al
jugar con él, le prestas atención, tiempo, lo miras, le hablas. ¡Eso hace feliz a tu bebé y lo ayuda a aprender!
Si bien no hay que
esperar mucha interacción con un recién
nacido, hay
muchas cosas divertidas que pueden hacer juntos. Desde el primer día, tu bebé
está interesado en lo que sucede a su alrededor. Dentro de su cabecita, hacen
conexiones y la información está siendo procesada y clasificada.
A medida que tu
bebé crece, el juego es crucial para su desarrollo social y emocional, físico y cognitivo y del lenguaje. El juego
también hace que el tiempo que pasan juntos sea mucho más placentero. Recuerda:
¡Un bebé que ríe, no está llorando!
Algunas notas para
el "animador" novato del bebé: la repetición es importante. Muchos
juegos no funcionarán la primera vez que los hagas, pero a la larga, si
continúas esforzándote, tu pequeño comenzará a soltar una carcajada cuando
escojas un juguete en particular.
El tiempo en que tu
bebé prestará atención variará mucho dependiendo de su edad, su temperamento y
su estado de ánimo. A veces podrá disfrutar de un juego por unos 20 minutos,
pero lo más común es que necesites cambiar el juego más o menos cada cinco
minutos.
Sabrás que tu bebé
está disfrutando cuando te mire, te sonría o suelte una carcajada. Pero si te
esquiva, mira para otro lado o llora, es momento de que cambies de juego o lo
dejes descansar.
Algunos bebés se
abruman con facilidad. Si el tuyo comienza a llorar durante el tiempo de juego,
no te desesperes. Cambia a una actividad más tranquila, por ejemplo, hazle
mimos, enséñale libros con imágenes, cántale canciones suaves o dale el pecho.
Del nacimiento a los 3 meses
Tu bebé estará acostado la mayor parte del tiempo
en su cuna, excepto cuando esté
llorando. Entonces, ¿cómo puedes
relacionarte con él y pasarlo bien?
La mejor manera de divertirlo es captar sus
sentidos: el tacto, la vista (recuerda que tu bebé es aún muy corto de
vista), el olfato y el oído (por
ahora dejemos a un lado el gusto). Al final de sus primeros tres meses, podrá
extender los brazos y tratar de agarrar objetos y quedará fascinado por los sonidos, los olores y las
formas.
Nota: Puede que tu recién nacido tarde varios
segundos en responderte o tal vez no llegue a reaccionar demasiado. Ten
paciencia: quizás necesites seguir intentándolo o esperar un rato hasta que
esté listo para atender y responder.
Hora de bailar
Por las tardes, cuando mi bebé se ponía de mal
humor, nada funcionaba tan bien como bailar con él. Le ponía música de todo
tipoy lo colocaba en una cangurera, rebozo, o lo cargaba en mis brazos.
Al principio prefería los movimientos suaves.
Luego le empezó a gustar que lo balanceara en el aire de lado a lado o que lo
moviera de arriba a abajo. (Siempre debes asegurarte de sostener bien
su cuello y no sacudir a tu
pequeño).
Los movimientos triviales y exagerados, como el
de llevar el ritmo con las manos o mover tu trasero, le resultan
particularmente graciosos a los bebés.
Un vistazo a las cosas de la casa
Las primeras etapas de juego con tu bebé
consistirán principalmente en mostrarle cosas. Cualquier objeto de la casa que no ponga a tu bebé en peligro de intoxicación, electrocución o que pueda lastimarlo
de otra forma, es un buen juego. Los bebés adoran las cucharas, los batidores
manuales de alambre, las espátulas, los libros y las revistas con fotos, los
envases de champús o acondicionadores (¡no dejes solo a tu bebé con estas
cosas!), los discos compactos, las telas y ropas de colores, las frutas y
verduras, y muchas cosas más.
Tráete una pequeña colección de objetos y
siéntate junto a tu bebé. Cuando sea el momento apropiado, saca alguna de esas
cosas como si hicieses magia. "Mira, el champú de papá". Mientras
sostienes el objeto cerca de su cara, ponte tú a mirarlo. Bien, ahora que la
miras, esa botella parece de lo más interesante. ¡Felicidades! ¡Estás pensando
como un bebé!
Y no esperes que el bebé realmente
"entienda" los libros a esta edad. Pero sabrás que los disfruta por
su manera de quedarse quieto y atento cuando sacas un libro favorito.
Sin embargo por lo general no prestará atención
a la totalidad del cuento, y cuando ya tenga algunos meses te sacará los libros
de las manos y los cerrará. Son cosas del desarrollo. Tu bebé adora mirar
libros y acurrucarse junto a ti, pero por lo general no está interesado en la
historia.
Viaje al armario de mamá
Ya que acumulaste ropa linda y suave, sumérgete
en el armario y muéstrale a tu bebé tu suéter de lana, tus jeans favoritos de
suave algodón, tu brillante falda roja. Despliega sobre su cara, manos y pies,
las telas suaves o sedosas. Extiende sobre el piso algunas de tus prendas y
coloca a tu hijo encima de ellas.
En unos pocos meses, tu pequeño querrá poner sus
manos sobre cualquier prenda bordada, adornada, o que por cualquier otra razón,
llame su atención. Pero por ahora, seguramente se conforme sólo con contemplarlas
maravillado.
¡Uy! ¿Qué hay sobre mi cabeza?
Ata o pega con cinta adhesiva en una cuchara de
madera algunos recortes de tela, listones u otro tipo de cintas que llamen la
atención y muévelos delicadamente por encima y por delante de la cara de tu bebé.
Toma una bufanda liviana y arrójala al aire, de
manera que caiga suavemente sobre su cabeza.
Ata un juguete a un hilo elástico (del tipo de
los que se usan para los juegos de gatos) y haz que rebote hacia arriba y hacia
debajo delante de su cara, diciendo "¡Boing! ¡Boing!" cada vez que
vaya para abajo.
Recuerda, nunca dejes solo a tu bebé con
cordones o cintas que puedan enroscarse en su cuello o que tu pequeño pueda
llevarse a la boca.
La diva que llevas dentro de ti
Ahora es el momento de cantar a todo volumen,
así que deja que salga esa diva de ópera que hay dentro de ti.
Seguramente a tu hijo le guste absolutamente
todo lo que cantes, pero hay algunos clásicos que deberías conocer. A la
mayoría de los niños les gustan las canciones que tengan movimientos:
"Pinpón", "Cinco lobitos", y "Palmas, palmitas"
son sólo algunas. Aquí puedes
escuchar algunas canciones para niños. Las canciones infantiles tienen su importancia, es una gran
forma que tiene tu bebé de aprender.
Trata de cantar una canción en un tono bajo y
suave de voz y luego en un tono alto y agudo, para ver cuál consigue la mejor
reacción. Trata de cantar la canción susurrándole al oído, o usa un títere de
mano (o una servilleta o una media dispuestas a cumplir el rol de un títere de
mano). Y acostúmbrate a cantar, ya que esto podría empezar a ocupar una parte
importante de tu día.
De los 4 a los 6 meses
A esta edad, tu bebé se volverá mucho más activo, y
aprenderá a darse la vuelta cuando está echado en el suelo e incluso a sentarse. Podrá sostener, manipular y llevarse objetos a la
boca, y se pasará una buena parte de sus ocupados días haciendo esas cosas (lo
cual significa que requerirá de una vigilancia extra de tu parte).
Los juegos pueden ahora involucrar más actividad
física. Tu bebé disfrutará que lo subas en tus rodillas y le cantes "Arre,
borriquito" o los juegos de cosquillas. También tendrá mayor capacidad de
respuesta, haciendo ruidos y buscando tus ojos.
Huele el estante de las especias
Estás en la cocina, tratando de improvisar algún
tipo de cena, cuando tu bebé empieza a llorar. Enséñale el estante de las
especias e introdúcelo en la fragancia embriagadora de la canela. Frota un poco
sobre su mano y acércala a su nariz. (No dejes que toque sus ojos o le entre en
la boca.)
Si le gusta, prueba también con otras especias:
vainilla, menta, comino, clavo de olor, nuez moscada, y muchas otras hierbas y
especias con fragancias fascinantes que a tu bebé le podrían encantar. Hay
otros artículos del hogar que son también perfumados: la loción de afeitar de
papá, la crema de manos de mamá. Hazle descubrir el riquísimo aroma de todas
estas cosas; una única recomendación: ¡ten mucho cuidado de que no se las coma!
Burbujas y más burbujas
Hay algo mágico en las burbujas, y en esta etapa
tu bebé puede ver mucho más lejos, de modo que podrá centrar su atención en
ellas. Hazle burbujas cuando se ponga fastidioso al esperar el bus y observa
cómo se le secan las lágrimas. Hazle también burbujas en el parque para atraer
a los niños más grandes que empezarán a saltar alrededor y mientras tanto
entretendrán a tu bebé. Haz burbujas en la tina, en la entrada de la casa...
Las burbujas son increíblemente baratas, se transportan con mucha facilidad, y
los bebés las encuentran siempre fascinantes.
¡Te voy a pillar!
Tu bebé es lo bastante grande como para tener
ahora un sentido de expectativa. Y ningún bebé puede resistirse cuando viene la
mamá y lo amenaza en tono de juego con darle abrazos, besos o cosquillas. Esto
es lo que podrías decirle: "¡Hola, Andrea! ¡Veo que estás sentada! Bueno,
como te tengo cerca de mis labios, ¡voy a ir a darte un beso! ¡Bebé, te voy a
robar un beso! ¡Estoy llegando! ¡Estoy llegando! ¡Te pillé!". Y luego,
empieza a besuquear a tu bebé.
Cuando tu bebé crezca, puedes cambiar este juego
por una persecución alrededor de la casa: funciona de maravillas cuando necesitas salir y estás apurada.
Este cerdito
Tócale a tu bebé los dedos del pie de a uno,
empezando por el más chico. Dile, "Este cerdito fue al mercado, éste
compró la carne, éste la llevó a casa, éste la cocinó, ¡y el más chiquito se la
comió!".
Cuando digas la última frase, simula que le
comes la pancita. Este juego es útil cuando necesitas ponerle las medias o los
zapatos o distraerlo al cambiarle el pañal. También puedes hacer este juego en
la tina con una botella que largue un chorrito de agua directo a los pies.
Tiempo de pancita
Puede que tu médico insista en que coloques a tu
bebé sobre su pancita, a pesar de que tu hijo proteste a gritos.
Ponte en el piso con tu bebé. Míralo a los ojos
mientras te recuestas sobre tu propia panza. Ahora recuesta a tu bebé sobre una
toalla y úsala con delicadeza para voltearlo de lado a lado. Dile "¡Uy!, ¡Uy!"
cuando le des la vuelta. Mira aquí otras ideas para que disfrute estar un rato de pancita y
fortalezca su cuello.
¡A volar, bebé!
Ahora que tu pequeño puede mantener su
cabecita erguida, es el momento de
hacerlo volar. Puedes jugar a que es un cohete espacial, haciéndolo volar sobre
ti e imitando ruidos reales de cohetes (los papás son muy buenos para esto).
También puedes simular que está en un elevador, que sube piso por piso antes de
descender abruptamente al suelo. O simular que está haciendo un reporte del
tráfico desde un helicóptero.
De los 7 a los 9 meses
Tu bebé se está volviendo un experto en sentarse y seguramente pronto esté también gateando. Alienta este tipo de hazañas físicas festejando cada
nuevo logro: "José, ¡te sentaste! ¡Pero qué maravilla, chiquitín!".
Es un gran estímulo para el pequeño.
La habilidad de transferir objetos de una mano a
la otra y de agarrarlos con los dedos son parte del desarrollo de la capacidad
de controlar las
manos. Por eso es buena idea llevar
siempre contigo una bolsita de plástico con un cereal que tenga la forma de la
letra O para que pueda practicar su recién adquirida habilidad.
Tu bebé también comienza a entender que cuando
un objeto desaparece, no ha desaparecido del mundo. De este descubrimiento
surgen juegos que los bebés adoran como el de "¿Dónde está?, ¡Acá
está!".
Tócalo, tómalo y hazlo sonar
Si tu bebé tiene un objeto, lo golpeará contra
la mesa. Si tiene dos objetos, los golpeará uno con otro, los llevará hacia la
luz, los examinará atentamente, los golpeará a cada uno por separado contra la
mesa, golpeará la mesa con los dos objetos al mismo tiempo, observará si el
objeto suena diferente cuando lo golpea con la mano izquierda en lugar de la
derecha, y seguirá explorándolos de mil maneras.
Ayúdalo dándole objetos que hagan sonidos
interesantes como recipientes vacíos, cucharas de metal o campanas.
Presta también atención a las sensaciones
táctiles: tu bebé quedará fascinado con una tarjeta de felicitación que tenga
diamantina (brillito), con la resbalosa superficie del joyero esmaltado de
mamá, o con un puñado de espaguetis hervidos.
Puedo controlar el mundo
A los bebés les encanta a esta edad explorar
causa y efecto: si hago esto, aparece la luz; si hago eso, la luz se va. A tu
pequeño le encantará que le muestres cómo se prenden y apagan las luces, cómo
funciona el control remoto, los teléfonos celulares, etc., pero tu vida puede
complicarse cuando insista en que lo levantes para prender y apagar las luces
una y otra vez.
En cambio, te será más fácil si le ofreces un
teléfono o control remoto de juguete para satisfacer sus ganas de ejercer
control sobre las cosas, o también una caja de sorpresas con muñecos de
resorte. O, para dejarlo que ejerza control sobre su entorno, llena un armario
o un cajón que esté a una altura baja con objetos seguros, y permítele que lo
revuelva y busque las cosas que quiera. Fíjate bien que no haya ningún borde
filoso u otros
peligros (las cómodas con
cajones abiertos se pueden voltear) y luego deja que tu pequeño haga y deshaga
como quiera.
Carrera de obstáculos
Si tu bebé gatea, va de un lado para otro o
camina, puede disfrutar moviéndose para esquivar objetos. (Esto también es bueno
para el desarrollo de su motricidad.) Las almohadas, las guías de teléfonos,
papás cansados y la ropa para lavar constituyen buenos obstáculos.
Infinidad de variaciones en el juego de "¿Dónde está?, ¡Acá está!"
El clásico es taparte la cara con las manos y
destapártela de repente diciendo: "¿Dónde está mamá? ¡Acá está!", y así una y otra vez. Puedes modificar este
juego de mil maneras. Escóndete detrás de la puerta y haz que tu bebé la abra y
te vea. Ocúltate detrás de una silla y asómate primero por arriba y después por
los costados. Escóndete en un rincón con otra persona y túrnense para salir y
decir "¡Acá está!".
Esconde varios sombreros detrás del sofá y ponte
un sombrero diferente cada vez que te asomes. Un juego infalible para desatar
la risa de tu bebé es ponerte un sombrero en la cabeza, ocultando tus ojos, y
dejar que tu bebé te lo quite, diciendo "¡Oh!" con cara de
sorprendida, cada vez que lo haga. (Este juego también garantizará que nunca
más puedas usar un sombrero en paz.)
Juego de rodar
A los bebés les fascinan las pelotas y los
movimientos que éstas hacen. Lograrás que suelte una risotada si haces
malabares con pelotas o las lanzas hacia arriba y dejas que golpeen el suelo
mientras haces un efecto sonoro un poco ridículo como: "¡Puffff!".
Haz rodar una pelota blanda en dirección a tu bebé y observa cómo la agarra y
la aprieta. En algún momento, si lo estimulas, logrará devolverte la pelota
haciéndola rodar como tú. Y más adelante, podrá patear y lanzar la pelota o
embocarla en una palangana o cubeta grande. Por ahora, hazla rebotar y rodar.
De los 10 a los 12 meses
En lo que respecta a su desarrollo, tu bebé se ha trasformado de repente
en prácticamente un niño. Los juegos que le permiten practicar la motricidad
gruesa como por ejemplo pararse, levantarse y trepar son importantes para él en
este momento. A tu bebé también le gustará ejercitar la motricidad fina, como por ejemplo, juguetear con la etiqueta de tu
camisa o las páginas de un libro... y con tus pechos si todavía lo amamantas.
Ordenar y volver a ordenar
Tu bebé está tratando de entender las conexiones
entre los objetos del mundo. Le encantará apilar y ordenar objetos, como también llenarlos y vaciarlos.
Dale una caja que sea fácil de abrir (por
ejemplo, una caja de zapatos) y muéstrale cómo poner y sacar cosas de ella. En
nuestra casa, este juego se convirtió rápidamente en "Sacar todas las
cosas de la bolsa de mamá y desparramarlas por la sala", lo cual explica
por qué ya no llevo monedas ni bolígrafos.
Otra forma de jugar este juego: con un conjunto
de tazas (quizás incluso jarras medidoras apilables... ooh, ¡dos juguetes en
uno!) muéstrale a tu bebé cómo verter agua, arena o harina de maíz de una jarra
a la otra o a un recipiente más grande.
Moverse sin parar
Una vez que tu bebé logre estar de pie, puedes
animarlo a desplazarse colocando uno de sus juguetes preferidos en la otra
punta del sofá o en la mesa de centro. Trata de imitar a tu bebé poniendo uno
de tus juguetes, por
ejemplo, tu celular, a algunos pies de distancia y cruza hacia allí de
rodillas. Seguramente esto le resulte divertido e intente imitarte.
Enséñale a arrastrar un objeto por la
habitación. Los juguetes para arrastrar con un cordoncito y las cajas grandes
vacías son de utilidad en este caso. No le des sillas plegables, que puedan
cerrarse inesperadamente.
Intenta esto, hijo
A los bebés de esta edad les encanta imitar a
los demás. Estimula este comportamiento haciendo un sonido ridículo y luego
animando a tu bebé a que haga lo mismo. Tal vez te imite o puede que produzca
su propio sonido, el cual puedes intentar imitar. O bien puedes producir un
nuevo sonido otra vez. Crearás algo que suena como una canción. ¡Levántate y
baila!
Bañarse es divertirse
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjKjtV8UqrV9yfZUetrzUNn7swVDhCJTaDWFCjWpDJebjeTfIAzbBpiGmz9vguQDGvAERR-kqeVY5-9MXoc185eljrlUlSO0rSlCzit_hOwmN3y8gx6zKs38T0o_ZF4CLTEF21GSbMnoY/s1600/IMG_6811web.jpg)
Tu bebé ya no se conforma con sentarse en la
tina y que lo bañen. A los bebés más grandes les gusta pararse, salpicar,
agarrar tu cabello, tocar la cortina del baño, entre muchas otras cosas. (Nota:
Nunca dejes solo a un bebé en el baño, ni siquiera por un segundo.)
Fomenta la diversión llevando muchos juguetes.
Muchas de las cosas que tienes en casa pueden servir para que tu bebé las llene
con agua infinidad de veces, las vacíe, vierta agua desde una hacia otra y
viceversa, y las haga flotar por la tina. Junta algunas tazas de plástico,
envases de yogur, embudos y botellas de plástico blando y llévalas al baño
junto con cualquiera de los juguetes de plástico de tu bebé.
Haz agujeros en la parte de arriba de una
botella de plástico que tenga una tapita chata y conviértela en una regadera
casera. Deja que tu bebé sienta la sensación del agua goteando sobre su cuerpo
y enséñale cómo, al hacer presión con las manos sobre la tapa, deja de salir el
agua. Usa el juguete casero para duchar a su patito de goma.
Cuando termines de bañarlo, escurre los juguetes
en un colador de plástico o una bolsa de red adherida al costado de la tina.
Ahora tu bebé está limpio. ¿No fue divertido?
Fuente